Solo pido ser dueña de mis días. Dejar de ser una actriz
secundaria en mi propia historia. Que me quieran y querer. Construir, ¡Vivir!
Solo quiero acurrucarme en tus brazos y que se pare el mundo
y que, cuando no esté, me eches de menos. Y quieras escribirme y quieras
contarme y me muestres que tu vida no es mejor sin esta actriz secundaria que
poco a poco se va sintiendo un extra circunstancial.
Que te quiero a boca llena, a pecho descubierto, a alma
abierta.
Que me estoy perdiendo intentando seguir tu guion.
Que tengo miedo.
Mucho.
Que lloro cada tarde, que estoy superada.
Que ya no sé qué hacer
Y ni siquiera sé si lo ves.
Ni siquiera sé si me ves.
0 Dimes y diretes
Un lugar donde la palabra de cualquiera tenía importancia