Frágil
Sentir que caes a cada paso.
Que faltan fuerzas.
Que falta aire.
Sentir que no estás.
Y que empiezas a ni siquiera esperar tu propio regreso.
Sentirte frágil incluso donde antes tenías tu mayor refugio.
No encontrar tu sitio en esta nueva situación.
Esa sensación de sentirse extraña incluso en lo más profundo
de ti.
Sentir que estás perdida.
Sentir que todo sigue su curso menos tú, que esperas parada
a… no sé qué.
Que nada (de lo que debería) cambia.
Aunque para ti haya cambiado todo.
Sentir que necesitas respirar y que, por mucho que lo haces,
no funciona.
Y no entender cómo es posible sentirte tan frágil y tan
fuerte a la vez.
0 Dimes y diretes
Un lugar donde la palabra de cualquiera tenía importancia