Mirarse desde dentro.

by - julio 22, 2019


Nadie nos enseña a mirar dentro de nosotros. A observarnos con honestidad, con sinceridad, pero, sobre todo, con cariño. A mí al menos me es prácticamente imposible. Aunque me han propuesto aprender y, por mucho miedo que me dé, no creo que tenga nada mejor que hacer ahora mismo, etapa en la que construir es imperativo. Nada mejor en este momento, en el que todo se ha derrumbado.
Es curioso, nunca me han atraído las personas por su físico. Ni siquiera en la adolescencia. Las personas que han marcado mi vida amorosa me han tocado desde dentro y, desde ahí, se construyó todo. Ese click inexplicable que da vida a cualquier cosa y que pasa contadas veces en la vida. Quizás por eso me ha hecho sentir siempre tan insegura alguna alabanza física… Terror a ser sólo eso para esas personas. 

Y aquí estoy, en puertas de unas vacaciones diferentes, donde la tristeza, la soledad y el desarraigo que siento van a ser protagonistas, intentando ver cómo asumir eso de mirar dentro de mí para rescatar algo bueno, cuando no veo nada. En definitiva, muerta de miedo.

Y, sin embargo, te veo a ti tan claramente, estás tan dentro de mí como yo misma. Veo tus dudas, tus nervios, tus fachadas. Veo tu lucha y me lamento por no ser la protagonista de ella, la motivación suficiente... pese a todo, sólo puedo pensar “ojalá te vieras como yo lo hago”: Tu dulzura, tus valores, tu risa, tus cabezonerías, tu abrazo, tu luz…
Y cómo duele joder, cómo duele verte tan dentro, pero, desde fuera.

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