Perdí mi voz.

by - febrero 27, 2019

Pasan los días. Noto algo distinto en mi. Difuso. Ausente. Es algo que me retumba las tripas pero no logro dar con lo qué es. Sigo adelante. Siempre adelante. Da igual la carga. Da igual la vida. El arte de vestirse una sonrisa está muy infravalorado.

Y llega el día. Ese preciso momento en el que, en una conversación descubre qué es eso que tanto extrañas: tú voz.

Perdí mi vos en mi camino. Mi voz más profunda. La que me lleva a mi. La que me dice quien soy. La que opina y se quiere. Perdí mi voz cada vez que callé lo que no debía. Que miré a otro lado. Que silencié momentos anteponiendo a otros a mi misma. Perdí mi voz cuando cedí el espacio de mis aficiones. Cuando amoldé sin mirar atrás mis expectativas, mis rutinas y algunos de mis gustos. Perdí mi voz y ni siquiera sé cómo volver a buscarla. Ni dónde. Ni si hay con quién.

Perdí mi voz y, aún afónica, consigo gritarme lo suficientemente alto.

Volveré.

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