Rutinas (I)
Sentados. Juntos. Aún sin mirarnos. Estás ahí. Siempre.
Vigilante. En silencio. Cómplice.
Con la vida entre las manos, la cabeza en otro mundo y la
mirada en la(s) pantalla(s). Ensimismados. Dejando correr el aire, el ritmo, el
tiempo.
Con las palabras justas y las caricias contadas las risas
intentan abrirse paso entrecortadas, aceleradas, tímidas. En un batiburrillo de
ideas que se desborda cuando cruzamos la mirada. Cuando por un segundo avanzamos
en ese espacio indefinido del no saber, del no poder, del no querer acercarse.
Del esperar y no encontrar. Del vivir y no seguir sobreviviendo.
Porque así eres tú. Todo y nada. Lejanía en la proximidad y
cercanía en la distancia. El que me envuelve aun sin saberlo. El dueño de mis
ideas. Aun de lejos. Aun dormido. Aun con miedo.
0 Dimes y diretes
Un lugar donde la palabra de cualquiera tenía importancia